

ARGUMENTO
Fray Bartolomé Arrazola un religioso católico se pierde en la poderosa selva de Guatemala, se detiene a esperar a alguien que lo ayude y se duerme, al despertar se ve rodeado por un grupo de indígenas quienes lo querían sacrificar en un altar.
Fray Bartolomé intento presionar a los indígenas para salvar su vida, diciéndoles que si lo mataban iba hacer que el sol se oscureciera, sabiendo que ese día se produciría un eclipse solar. Dos horas después de decirles, los indígenas lo sacrificaron mientras uno de ellos enumeraba los eclipses solares y lunares que habían previsto los Astrónomos de la Comunidad Maya.
CONFLICTO
La presencia de Fray Bartolomé Arrazola en la selva y su prepotencia y sabiduría de conocimientos aristotélicos y creer de los indígenas son ignorantes en todo sentido.
SECUENCIAS
* Situación Inicial: Fray Bartolomé Arrazola se encuentra con vida en la selva.
* Proceso: Los indígenas lo encuentran dormido en la poderosa selva.
* Situación Final: Fray Bartolomé Arrazola es sacrificado por los indígenas en la selva.
OPOSICIONES
* Fray Bartolomé Arrazola contra los indígenas.
* Prepotencia de Fray Bartolomé contra los conocimientos de los indígenas.
TIEMPO
Pasado y Presente.
ESPACIO
La poderosa selva y el altar de sacrificios de los indígenas.
MENSAJE IDEOLOGICO
Fray Bartolomé Arrazola era un religioso que creía a los indígenas tontos y los amenazó para salvar su vida, pero sin imaginar que contaban con conocimientos astrológicos con los cuales le ganaron la partida a su prepotencia.
ayer llegó el otoño
el sol de otoño
y me sentí feliz
como hace mucho
qué linda estás
te quiero
en mi sueño
de noche
se escuchan las bocinas
el viento sobre el mar
y sin embargo aquello
también es el silencio
mírame así
te quiero
yo trabajo con ganas
hago números
fichas
discuto con cretinos
me distraigo y blasfemo
dame tu mano
ahora
ya lo sabés
te quiero
pienso a veces en Dios
bueno no tantas veces
no me gusta robar
su tiempo
y además está lejos
vos estás a mi lado
ahora mismo estoy triste
estoy triste y te quiero
ya pasarán las horas
la calle como un río
los árboles que ayudan
el cielo
los amigos
y qué suerte
te quiero
hace mucho era niño
hace mucho y qué importa
el azar era simple
como entrar en tus ojos
dejame entrar
te quiero
menos mal que te quiero.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero puedo ocurrir que de pronto uno advierta
que en realidad se trata de algo más desolado
uno de esos amores de tántalo y azar
que Dios no admite porque tiene celos.
Fíjense que él acusa con ternura
y ella se apoya contra la corteza
fíjense que él va tildando recuerdos
y ella se consterna misteriosamente.
Para mí que el muchacho está diciendo
lo que se dice a veces en el Jardín Botánico
vos lo dijiste
nuestro amor
fue desde siempre un niño muerto
sólo de a ratos parecía
que iba a vivir
que iba a vencernos
pero los dos fuimos tan fuertes
que lo dejamos sin su sangre
sin su futuro
sin su cielo
un niño muerto
sólo eso
maravilloso y condenado
quizá tuviera una sonrisa
como la tuya
dulce y honda
quizá tuviera un alma triste
como mi alma
poca cosa
quizá aprendiera con el tiempo
a desplegarse
a usar el mundo
pero los niños que así vienen
muertos de amor
muertos de miedo
tienen tan grande el corazón
que se destruyen sin saberlo
vos lo dijiste
nuestro amor
fue desde siempre un niño muerto
y qué verdad dura y sin sombra
qué verdad fácil y qué pena
yo imaginaba que era un niño
y era tan sólo un niño muerto
ahora qué queda
sólo queda
medir la fe y que recordemos
lo que pudimos haber sido
para él
que no pudo ser nuestro
qué más
acaso cuando llegue
un veintitrés de abril y abismo
vos donde estés
llevale flores
que yo también iré contigo.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero el Jardín Botánico es un parque dormido
que sólo despierta con la lluvia.
Ahora la última nube a resuelto quedarse
y nos está mojando como alegres mendigos.
El secreto está en correr con precauciones
a fin de no matar ningún escarabajo
y no pisar los hongos que aprovechan
para nadar desesperadamente.
Sin prevenciones me doy vuelta y siguen
aquellos dos a la izquierda del roble
eternos y escondidos en la lluvia
diciéndose quién sabe qué silencios.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero cuando la lluvia cae sobre el Botánico
aquí se quedan sólo los fantasmas.
Ustedes pueden irse.
Yo me quedo.